Orden de Franciscanos Menores - Fraternidad de Granada

"Cuidando la Naturaleza nos cuidamos a nosotros mismos"

2. Escuchemos la voz de los profetas de ayer y de hoy. Los profetas nos invitan a convertirnos en todo corazón a Dios, y eso acontece cuando dejamos espacio al consuelo que viene de Señor. Siguiendo el itinerario del Adviento hemos escuchado a los profetas que nos invitaban a soñar lo imposible, sin mirar atrás, salvo para incorporar los positivo de la historia de la salvación. Nos invitaban a desaprender para mejor aprender, escucha a los profetas hoy. (Escuchar el cano: Desaprender la guerra. Luis Guitarra).

El Dios con nosotros es Dios de las sorpresas donde escuchamos el rumor imparable de la vida. Los profetas nos invitan a transformar nuestras vidas en vidas samaritanas para ungir con el óleo de la curación, como si de una melancolía de esperanza se tratara para vencer todas las sombras y poner en marcha estilos de vida solidarios donde los más pequeños puedan recrear y
reanimar la esperanza.

Es verdad que si el pozo no mana nosotros no podemos fabricar el agua, todo viene del interior donde manantial nos refresca y el amigo interior se hace confidente y Maestro, riqueza interior que enamora y acompaña. 

3.-La mirada que el Enmanuel nos propone una pedagogía de crecimiento hacia abajo, hacia los pobres para mejor ver en ellos la presencia del Reino; una mirada que nos trae la alegría de las bienaventuranzas al invitarnos a ser dichosos al lado de los pobres. El camino de Jesús nos saca a la calle como escenario de oración itinerante. Nos invita a aprender de la vida de los pobres, a conocer sus historias y a mirarlas con ternura y fraternura franciscanas. Se nos invita a compartir con los perdidos el cariño que recibimos de la ternura de Dios. Si me preguntan por qué soy manso y bueno, debo decir: “porque soy el servidor de alguien más bueno que yo” (Carlos de Foucauld).

¡Dichosos nosotros sí creemos en el misterio de la Encarnación y nos descalzamos ante el misterio del Otro y de los otros! Dichosos si nos decidimos a vivir el Evangelio y vivimos la Navidad  desde la entrañable misericordia de Dios.

4.- La Navidad es fruto del Espíritu, danza inacabable del Amor y de Paz para un mundo herido por la violencia. Si el Evangelio es el mensaje más hermoso que tiene este mundo esto se debe a
que Dios se hizo humano por obra del Espíritu. Cuando alguien se deja guiar por Dios, al final siempre brilla la luz, ya no estamos solos, no estamos perdidos por el mundo, porque donde nace Dios nace la esperanza, la casa se convierte en manantial de alegría y la Navidad es gozo y gratuidad que embellece la vida.

5- Navidad es la fiesta de la comunicación y del encuentro; es un diálogo de amor con la Palabra que llena nuestro cántaro vacío. Podemos beber ahora de su fuente y caminar como iluminados por la estrella de Belén.

La Palabra se hizo historia, habitó como una tienda del encuentro entre nosotros: “ensancha es espacio de tu tienda, extiende los todos de la morada, no los restrinjas, alarga tus cuerdas, refuerza tus estacas” (Is 54,2). El Enmanuel se atrevió a pensar en nosotros, se hizo confidente y amigo, compañero de camino. Entra en nuestra casa para que nos convirtamos en artesanos de la paz (“arte que sana”). En un pesebre “tú casa” comienza la aventura de la gracia y por eso te adoramos y bendecimos aquí y en todas las iglesias donde tú presencia se hace singular y fraterna. En Jesús somos salvados y bendecidos, amados como hijos y hermanos (corazón hh). Podemos vivir como él, ponernos el delantal para servir sin dejar de tener “a Jesús en el corazón, Jesús en los labios, Jesús en los oídos, Jesús en el corazón…” (San Francisco)

6.- Solo el Amor entregado fecunda nuestra vida. Cuando vivimos desde la Esperanza cada día se nos empuja a superarnos y hacernos más humanos. El amor que damos y que recibimos nos iguala como personas creando una familia amplia que nos convoca para cuidar y ser cuidados y disfrutando de un bien que a todos enriquece para trabajar todos por los derechos humanos y la
bienaventuranza evangélicas. Aquí crece la Esperanza y nos toca recrearla en nuestra vida sencilla y cotidiana.

En estos tiempos complejos necesitamos que brillen todas la pequeñas luces que iluminan la noches de nuestros egoísmo para que emerja en nuestros interior un sentido de solidaridad y generosidad que nos habita y que ofrecemos.

7.- REGALA lo que has recibido a lo largo de todo el año y agradece las pequeñas cosas de las que disfrutas y regálate.
REANIMA la llama del Amor para que contagies esperanza y reconectes con el Dios que hace fraternidad.
REVITALIZA nuestras fuerzas débiles y llénalas de la Alegria del Evangelio.
RECREA la comunión con todos para ser portador de luz comprometida conlos que menos tienen y están solos y tristes.
RECONOCE en el otro al pobre y hazte samaritano del necesitado.
RENUEVA tus compromisos de vivir en el Amor primero y refresques cada día la alianza de amor.
MIRA a las personas como cortesía franciscana, sin juzgar ni condenar y comprendiendo su situación particular.
ESCUCHA con paz para acompañar y acoger. Estate presto para el dialogo y la comunicación fraterna.
CUIDA los dones que has recibido y ofrécelos a los demás sin mirar condición social.
COMPARTE tu hogar, tu casa, tu coche, tu tiempo, tu compañía, tu conversación, y economía si procede.
ESCRIBE con tu puño y letra todo lo que ayude a crecer y, hablar desde el corazón que es donde anidan los grandes sueños y proyectos.
GUSTA y saborea el olor a la mar y vete a la montaña para atisbar nuevos horizontes que te ayudan a cantar las grandezas del Buen hacedor.
NAVIDAD ERES TÚ CUANDO DAS LO MEJOR QUE TIENES SIN TENER EN CUENTA A QUIEN SE LO DAS.
HAZ DE TU VIDA UN PROYECTO FECUNDO

¡FELIZ NAVIDAD VVIENDO DESDE UN AMOR ENTREGADO!!

Granada, 8 de diciembre 2022

Seve Calderón

Martínez, ofm


ribbon icon sq ESTAMOS PARA SERVIR

Los FRANCISCANOS estamos en Granada desde el tiempo de los Reyes Católicos. En 1835 tuvimos que abandonar Granada y volvimos en 1955. Estamos aqui para servir a todos nuestros hermanos.
Jesús nos mandó como servidores de nuestros hermanos. Desde la defensa de una sociedad más justa y pacífica. Una paz que debe nacer de una sociedad más justa y equitativa. 

¡JUSTICIA Y PAZ!

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Juntos tenemos que proteger nuestro planeta. Patrimonio que tenemos la obligación de transmitir en herencia a las futuras generaciones. Hemos de cuidar nuestra Madre Tierra. Ella nos da la vida, su aire, su agua. Si la polucionamos con nuestros desechos, gases o plásticos estamos matando la vida en ella y en consecuencia nos estamos suicidando. La Naturaleza es donde Dios se nos manifiesta y se revela a la humanidad. Abramos nuestro corazón para captar su mensaje.

 ¡CUIDEMOS NUESTRO PLANETA!

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