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Servida desde hace siglos por los hijos de San Francisco en nombre de la Iglesia, esta Misión recibe desde antiguo la denominación canónica de Custodia de Tierra Santa. Los franciscanos siguen -hoy como ayer- fieles a su condición de misioneros y colaboradores de la Jerarquía católica. Pretendemos hacer un análisis somero y sustancial de los diversos aspectos que configuran la Misión que la Iglesia nos encomendó en el pasado a los franciscanos y que la Santa Sede ha confirmado reiteradamente hasta nuestros días. El contenido de esta página engloba breves datos históricos y estadísticos, diversas facetas religiosas y sociales de la labor eclesial, servicio de acogida a los peregrinosy otras actividades ecuménicas y científicas de los franciscanos de Tierra santa. Para que no sólo se nos quede la imagen del franciscano cuya única labor es la de custodiar los lugares donde se realizaron los acontecimientos esenciales de nuestra redención, con ser esto mucho,y que muchas vidas ha costado para que nosotros ahora podamos venerarlos. Pero eres tú, de manera especial y que lees ahora esto, al que le toca ampliar estas notas al contacto con la realidad de Tierra Santa haciéndose peregrino. |
LA CUSTODIA DE TIERRA SANTA
Breves datos históricos
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La Provincia de Tierra Santa comprendía naturalmente la tierra natal de Cristo y los Lugares donde se realizó el misterio de nuestra Redención. Por tal motivo, la Provincia de Tierra Santa fue considerada la perla de todas las Provinciase -incluso tras la apertura en todo el mundo de las otras misiones de la Orden- ha seguido llamándose, hasta nuestros días, la perla de todas las misiones. La visitó el propio San Francisco, que permaneció varios meses en Egipto, Siria y Palestina, de 1219 a 1220. A este período corresponde el célebre encuentro de Francisco con el sultán Melek-el-Kamel, que tanto asombró a la Iglesia de entonces y que aún en siglos sucesivos fue un sello de espíritu ecuménico para la aventura misional de los franciscanos por tierras de oriente, medio y lejano ya entre los "infieles", ya entre los "hermanos separados". Bastará recordar las expediciones misioneras de Frailes Menores con Juan de Pian Carpino, Odorico de Podernón, Juan de Montecorvino, Juan de Mariñoli, que se adentraron hasta Rusia, el Tibet, la China. El apostolado de los Frailes menores en Tierra Santa se desarrollaba principalmente en el ámbito que abarcaba la presencia de los cruzados. |
La Custodia de TierraSanta HOY
La Custodia deTierra Santa trabaja en los siguientes países: Israel, Jordania, Egipto,Siria, Líbano, Chipre, Rodas. Laboran en ella 334 religiosos provenientes de 32 naciones, que se valen de la colaboración de un centenar de religiosas de varias Congregaciones femeninas. Los santuarios confiados a su custodia son 74.
El ministerio pastoral se despliega en 29 parroquias y 79 iglesias y capillas sucursales. Las parroquias están distribuidas de la siguiente manera: 9 en Israel; 4 en Egipto; 8 en Siria; 2 en Líbano; 3 en Chipre;2 en Rodas y 1 en Roma. A ellas están dedicados cerca de 70 religiosos.
Olivo centenario del Huerto de Getsemaní
OPCIÓN POR LOS MÁS NECESITADOS
Los peregrinos que van a TierraSanta encuentran a los franciscanos casi exclusivamente en los santuarios; por ello, no siempre se percatan de su presencia en campos pastorales -y menos aún quizá- de su entrega a las clases sociales menos favorecidas de la población cristiana y no cristiana. En realidad, además de custodiar y animar los santuarios, la dedicación pastoral de los franciscanos es vasta y comprometida, se pudo comprobar elaño pasado en Belén.
- Sector de la infancia necesitada: dos orfanatos en Jerusalén.
- Atención a los ancianos: dos asilos residenciales (Lárnaca y Nazaret).
- Son 250 los puestos de trabajo que los franciscanos aseguran en sus instituciones y oficinas.
- Atención a los enfermos: muchos son los dispensarios que regentan los franciscanos, en los que cuentan con la colaboración de médicos, enfermeros y religiosas.
- Un centro para niños poliomelíticos en Egipto.
- Obra de las Casas y de los arrendamientos con el fin de ayudar a los más pobres y contribuir a la solución del problema fundamental de la vivienda. En las condiciones particulares de Tierra Santa, la Obra intenta consolidarlas comunidades cristianas de los Lugares Santos y evitar su éxodo, al que obliga con ritmo creciente -por desgracia- la situación política de Palestina y en especial de Jerusalén y Belén.
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