INSTRUMENTOS DE PAZ Y NO VIOLENCIA
El 27 de octubre de 1986, hace ya 32 años, tuvo lugar la primera celebración del Espíritu de Asís. En Asis que es la tierra de Francisco y Clara, ese bello rincón de Italia, es el escenario donde se congregaron por primera vez en la historia y por invitación del Papa Juan Pablo II, los líderes de las diversas Iglesias, de las comunidades cristianas y de las grandes religiones del mundo para hacer juntos un día de ayuno y oración por la paz y la reconciliación de los pueblos. Asis se convirtió en referencia obligada para cualquier iniciativa de paz que se haga durante el año en otros lugares.
La elección de este lugar no fue casualidad. La figura humilde y alegre de San Francisco, este santo medieval que sigue siendo actual hoy, servía de motivo inspirador por su sentido de fraternidad universal, por su búsqueda constante de la paz, por su rechazo absoluto a la violencia de todo tipo.
Este acontecimiento, en palabras del propio Papa Juan Pablo II, “marcó el inicio de un nuevo modo de encontrarse entre creyentes de religiones diversas: no en la contraposición recíproca, y mucho menos en el desprecio mutuo, sino en la búsqueda de un diálogo constructivo en el que, sin caer en el relativismo ni en el sincretismo, cada uno se abra a los demás con estima, siendo todos conscientes de que Dios es la fuente de la paz”. Pues, se ha convertido en un signo y camino común, una llamada… que la humanidad está llamada a recorrer. O aprendemos a caminar juntos en paz y armonía, o iremos a la deriva, destruyéndonos a nosotros mismos y a los demás.”
Desde entonces, la familia franciscana celebramos el 27 de octubre de cada año la “Jornada por la paz en el Espíritu de Asis”. Los seguidores de Francisco nos podemos permanecer indiferentes a tanta violencia, guerras, fronteras que se cierran, ni asistir pasivos a tantas iniciativas pacificadoras que por doquier surgen y que también están animadas por el Papa Francisco en muchas de sus intervenciones. Queremos sumarnos al grito profético y pacificador de ser mensajeros de Paz y Bien. Recordamos constantemente nuestra razón de ser hermanos y hermanas que construyen fraternidad, diálogo y paz en el mundo y para el mundo y todo ello lo hacemos desde un espíritu de no violencia y reconciliación. La familia franciscana por medio de de la comisión de Justicia, Paz y Salvaguarda de la Creación, permanentemente reflexiona sobre estas cuestiones y se las ofrecemos a la ciudadanía como camino de paz.