ENGENDREMOS VIDA Y COMUNIQUÉMOSLA

Todo lo relacionado con el nacimiento de Jesús en la sociedad actual es un acontecimiento insignificante tantas luces de artificio y tanta oferta de la sociedad secularizada que celebra la Navidad sin nacimiento salvador. Toda una paradoja, cuanto más necesitamos al Dios con nosotros mas ausencia descubrimos en nuestros “felices días de Navidad”.
- ¿Dónde buscamos a Jesús?.
Buscar a Jesús entre tantas señales de grandeza, de poder y de apariencia es caer en la desgracia de no poder reconocerlo. Lo de Jesús pasa desapercibido ente lo cotidiano y lo ordinario, su nacimiento nace en le seno de una familia pobre, sencilla y oculta. Ho y solo se valora lo que está en el escaparate y en los medios de comunicación y el que no pasa por ahí es como si no existiera.
Para encontrarse con el recién nacido es preciso saber reconocerlo allí donde lo podemos encontrar: en la historia corriente y oculta, en lo más anónimo y vulgar, en lo más humanamente cotidiano.
Se necesita no tener miedo y estar abiertos porque nos a sorprender en la pesebrera de los márgenes, en el seno de una historia personal y colectiva de Dios, en las periferias de un establo rodeado de pastores.
- Entre los pequeños pone su tienda
Como la gallina hace su nido y recoge a sus polluelos, al Enmanuel le preparan su nacimiento entre unos animales que dan calor y “reciben en su casa”, acompañados por al presencia maternal de María y de José y rodeado de la obra creadora de Dios en los días primeros de la creación. ¡Estemos muy atentos!. El ambiente de estos días nos distrae con las emociones fuertes y espectaculares que nos pueden llevar al lugar donde nos encontramos con el Señor porque no es ahí donde pone su tienda.
Dios no es necesario que aparezca en nuestros móviles sino en nuestra vida, en nuestras comunidades y familias, en nuestros barrios y vecinos, en los centro de atención a transeúntes, emigrantes y refugiados. Lo que nace en el silencio es don de Dios mismo, que acontece como obra del Espíritu en el mundo complejo que nos toca vivir.